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martes, 10 de julio de 2018

Cada vez que sus besos dibujaban un te quiero - Cristina Prada

Hoooola otra vez! Vuelvo a rondar por aquí, esta vez a tope ya que estoy de vacaciones y me muero de ganas de comentaros los libros que voy leyendo este verano. 
Espero que estéis pasando un magnífico julio :)

Por cierto, dento de poco será el primer aniversario del blog, y quería daros las gracias a todos los que habéis dedicado unos minutos de vuestro día en leer mis opiniones. Significa el mundo para mí, ya que cuando empecé el blog, con que me leyera una sola persona me daba por satisfecha. En mi día a día no tengo a nadie con quien compartir mi pasión por los libros, y el desfogarme por aquí ha sido una gran experiencia. Espero que esto dure muchos años más ❤

Sin más, os dejo la sinpsis, la portada y la reseña. 




Livy Sutton tiene veintiséis años y acaba de casarse con el señor Fisher después de tan sólo cuarenta y dos días de relación, pero esas seis semanas han sido las más intensas de sus vidas.
Benedict Fisher es difícil, arrogante, mandón, posesivo y siempre ha sabido lo que quiere, pero está loco por la desafiante e insolente Livy, una mujer de armas tomar. Empresario de éxito, nunca ha fracasado en nada, salvo en un aspecto de su vida, y no piensa permitir que eso vuelva a suceder.
Después de una luna de miel increíble en Capri regresan a casa. Allí las cosas no serán sencillas para Livy, quien deberá demostrar que se ha ganado su nuevo puesto en Fisher Media por méritos propios, lidiar tanto con su familia como con la de Benedict, ya que ambas se oponen tajantemente a su relación. Y por si todo esto fuera poco, Benedict sigue poniéndoselo deliciosamente difícil, pero no importa porque ahora es la señora Fisher y no es ninguna niña asustadiza.
¿Qué puedes hacer cuando todo a tu alrededor se complica y debes demostrar constantemente lo que vales? ¿Qué ocurre si el hombre de tu vida ya vivió el amor, ya lo perdió, ya fracasó? ¿Qué pasa si todas sus primeras veces se llaman Blair? ¿Qué sucede si Blair regresa?
El sexo como moneda de cambio, el amor como respuesta a todo. El querer incondicionalmente, sin medida, el sentir que la otra persona construye tu mundo con sus manos. Pasión, sensualidad, la ciudad de tus sueños, la vida de tus sueños..., él
¿Quieres conocer a la señora Fisher?
Ven a Seattle, descubre su historia y enamórate.




Bien, empezaré diciendo que si la portada me llamó la atención, el título me enamoró. De verdad, ¿no es el título más bonito del mundo? Es algo muy típico en Cristina Prada, el poner frases largas como título, pero especialmente este me ha encantado.

"Cada vez que sus besos dibujaban un te quiero" es una novela romántica contemporánea, escrita por Cristina Prada, y protagonizada por Livy Sutton y Benedic Fisher.

Lo más novedoso del libro es que empieza por donde otros libros suelen acabar: con la boda de los protagonistas. Por tanto, durante el transcurso del libro iremos viendo flashbacks de cómo empezó su relación, si bien no es muy larga porque como dice la sinopsis se casan a los 42 días de conocerse.

Básicamente, empezamos con la boda y la luna de miel. Todo bonito, perfecto e idílico, aunque nos va dejando pinceladas de lo que se avecina: una Livy independiente, terca y madura para sus 26 años, y un Benedic dominante, dulce y pícaro.

Las cosas se complican justo cuando llegan a casa, de vuelta al mundo real. Benedic, por mucho que sea su marido, sigue siendo su jefe (paréntesis, ¿qué tiene la autora con las relaciones en el lugar de trabajo? Tanto la saga "Todas las Canciones de Amor" como la de "Manhattan Crazy Love" se basan en relaciones entre compañeros de trabajo). Por el contratio, Livy ostenta ahora una nueva posición como jefa de equipo (pero bien merecida) y le costará ser la mujer del jefe e intentar llevarse bien con sus nuevos compañeros.

Además, no podemos olvidarnos de la siempre presente ex-mujer de Benedic. Maldita y perfecta Blair. No digo más, pero que sepáis que va a salir en diversas ocasiones. También aparece bastante el padre de Benedic, que será todo menos un agradable suegro. Estos dos van a poner a prueba el amor de Liv y Benedic.

Por otro lado, me resulta sumamente extraño que el hermano de Benedic haya salido literalmente solo dos veces. Me parece que la autora ha desaprovechado lo que podía haber sido un gran personaje. Además, permitidme ser un poco escéptica sobre la manera en que los dos personajes se lían. Lo siento, pero es taaaan cliché, que leí esa parte casi sin prestar atención porque, vamos, era irreal.

Siguiendo las críticas, hablaré de la parte final del libro. Algo muy típico en los libros de Cristina Prada es que los personajes tengan una gran ruptura, y este libro no iba a ser menos. No me pondré a explicaros qué pasa, pero no sé, habiendo leído más libros de ella sentía que este final era repetitivo.

Sin embargo, y pese a las críticas que he comentado, este libro no está nada mal. Me gusta la originalidad del principio, el hecho de que empiecen casándose, porque nos deja con las ganas de conocer su historia. Los flashbacks al pasado están muy bien, y los personajes principales insuperables. De hecho, lo que más me ha gustado de Benedic es lo imperfecto que es, y la cantidad de dilemas morales que tiene durante el libro. Si bien he llegado a odiarlo en algunos momentos, me ha sabido ganar en otros.

Le daría un 7/10 de nota. Una lectura amena, rápida y divertida, perfecta para una tarde de verano.

Espero que os animéis a leerlo, y nos leemos pronto 💞

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